Heidi está feliz en la casa del abuelo, con el viento susurrando entre los abetos de los Alpes. Acostumbrada a no salir, ahora su nueva libertad la llena de alegría. Por la noche, dentro de la cabaña, todo es grato y confortable. Ella duerme plácidamente en su cama de heno dorado y oloroso; quizás sea la noche más feliz de su vida.