El "Che" asistió al Estadio Corregidora a disfrutar del futbol y ver a su Atlas sin saber que iba a ser parte del episodio de violencia más bochornoso de la Liga MX y que prácticamente Hernán Cristante y algunos jugadores del Querétaro le salvaron la vida. Acompañado de su esposa y de un amigo con su hijo, este aficionado del Atlas estuvo presente en la campal, ahí salvó su vida, primero metiéndose a la cancha brincando lesionados, y después llegando hasta el vestidor de los Gallos Blancos, donde fue protegido y bien tratado.