Son más de mil inmigrantes que han recorrido en apenas 20 días 1.500 kilómetros. Acaban de llegar a Ciudad de México y una vez que lleguen el resto de grupos que forman la caravana de 5000 personas decidirán si quedarse allí o avanzar a Tijuana para intentar cruzar la frontera de EEUU. Llegan exhaustos, el camino ha sido largo, pero están esperanzados. Pero lo que les espera es esto, cerca de 7.000 militares armados que de momento montan estas tiendas de campaña masivas donde albergarán a los solicitantes de asilo mientras el gobierno estudia su petición. Hace unas horas se reunían los presidentes de Honduras y Guatemala que coincidían en que migrar es un derecho, siempre y cuando se haga de forma ordenada y sin poner en peligro la vida de las personas.